Por si la dureza del recorrido no fuera suficiente, el día amaneció caluroso y sin ninguna nube en el cielo. El sufrimiento estaba garantizado. También el disfrute.
Comencé la prueba con un ritmo no muy fuerte, acompañado de mi hermano y dos amigos más (les había convencido para participar y acordé acompañarles hasta la mitad de carrera).
Con mucho calor desde el principio (a pesar de comenzar a las 8 de la mañana) subimos desde Cercedilla a Bola del Mundo, bajamos a Cotos y comenzamos la ascensión de Peñalara. En mitad de la subida (km 18 de la carrera), mi espíritu berrako necesitaba probar al límite sus fuerzas y me despedí del resto de mi manada, no sin que antes un dominguero nos hiciera una foto conmemorativa.
Ya en Navacerrada, y después de haber bajado corriendo el tramo desde la Bola del Mundo, mis músculos y mis fuerzas empezaron a resentirse, y sólo la capacidad de sufrimiento (que caracteriza a cualquier buen berrako) me permitió continuar corriendo a buen ritmo los 8 km que quedaban hasta la meta en Cercedilla.
Al final hice un tiempo de 6 horas 40 minutos, consiguiendo la posición 176 de los 351 corredores que llegaron a meta. Haciendo cuentas, desde que me separé de mi grupo en Peñalara adelanté a más de 140 corredores, y llegué a meta sin un gramo de energía en la reserva y con la satisfacción del deber cumplido (tenía que bajar marca con respecto a mi primera participación).
Os dejo el perfil de la prueba para que vayáis abriendo boca...
Un abrazo,
César
No hay comentarios:
Publicar un comentario